Javi, me alegra sobremanera encontrarlo sobre un teclado, casi que lo imagino borracho en una interminable charla con Onetti, en esos días Laisequianos, en donde Corrientes todavía no perdía la vergüenza de ver a esos jóvenes con inquietudes, y, aunque todo llega, eso no es lo importante, lo importante es el camino, y en eso está mi amigo.
Que manera de abrir la mesa con el maestro Abelardo Castillo. Javier amigo, gracias por la invitación al convite. Cada vez que ingrese lo haré con la esperanza de hallar algunas líneas, algo suyo que se le caiga sobre tablas. Un fuerte abrazo.
5 comentarios:
Javi, me alegra sobremanera encontrarlo sobre un teclado, casi que lo imagino borracho en una interminable charla con Onetti, en esos días Laisequianos, en donde Corrientes todavía no perdía la vergüenza de ver a esos jóvenes con inquietudes, y, aunque todo llega, eso no es lo importante, lo importante es el camino, y en eso está mi amigo.
Que manera de abrir la mesa con el maestro Abelardo Castillo. Javier amigo, gracias por la invitación al convite. Cada vez que ingrese lo haré con la esperanza de hallar algunas líneas, algo suyo que se le caiga sobre tablas. Un fuerte abrazo.
Gracias colegas. Gracias por las remembranzas y los mendrugos.
Y Ud., Manucho, va a hacer que un lagrimón se me fugue.
Como siempre, grandioso el maestro Castillo. Gran blog. Saludos.
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